El amor y el agua tienen muchas cosas en común, así como el agua toma la forma del recipiente que la contiene, así el amor toma la forma que requieren las circunstancias. El amor es impetuoso y bravo como el mar, es tranquilo y dulce como un lago, valiente y audaz como un torrente, cantarín y juguetón como una quebrada de la montaña, suavemente persistente como la fina lluvia.
El amor es refrescante como el agua fría y nos abrasa como el agua caliente, pero cuando es profundo y sereno, cuando llega a la madurez, el amor es como un baño de agua tibia, que tiene la temperatura de nuestro cuerpo, porque entonces toda el alma está en la piel. Aunque parezca paradójico todos los hombres llegan a este mundo por el secreto río de la vida, llenos de sed, porque toda alma humana nace enamorada.
UNA VEZ...
“En cierta ocasión construí un estanque de cemento para tener peces. Cuando estaba vacío y seco era como un esqueleto de un animal prehistórico. Cuando se le llenaba de agua sus paredes grises y agrietadas se estremecían de VIDA. Se sentía fertil. Por su compuerta salía un chorro de vida que saciaba la sed de la tierra”.
CUANDO UN CORAZON REBOSA DE AMOR ES COMO UN ESTANQUE LLENO DE AGUA LIMPIA.
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