Una vez, temí que jamás encontraría a alguien a quien querer de verdad. Quería alguien perfecto, al menos para mí.
Una manera especial de hablar, una forma sincera de escuchar; sin temor de reír ni de llorar; ternura y comprensión; alegría y estímulo; alguien que llenara mi corazón de dicha...
Creo que esperaba mucho, !Pero tengo fe¡ Y creía que algún día el encanto particular de alguien transformaría mi vida.
Pero toda esa espera, toda la soledad, todos los momentos en que casi desistí, valieron la pena; han dado sus frutos.
Y es verdad que los deseos se hacen realidad, porque lo que siempre he deseado no es un sueño...
eres tú.
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